
Creo que en el fondo de esta intervención late la constatación de que cada vez se está diluyendo el sustrato de verdad con la que la fe Católica impregnó nuestra sociedad, cada vez es mayor la diferencia entre creyentes y no creyentes, sus valores y su modo de vida. El Papa se plantea que, tal como están las cosas, la falta de fe -estar lejos de Dios, de la Iglesia- afecta al modo en que se concibe el propio matrimonio que debe ser, para su validez, indisoluble, fiel y abierto a los hijos. Veremos qué ecos tiene su intervención. Cuando esté el texto completo lo subiré al blog para que todos lo podáis leer.
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